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miércoles, 9 de agosto de 2017

La elección de San Quintín y la correspondencia entre el duque de Saboya y Felipe II

En la campaña de San Quintín tenemos dos protagonistas principales: uno de ellos es el duque de Saboya y el rey Felipe II.


Felipe II

Ambos protagonistas estaban ampliamente distanciados. El duque andaba en la boca del lobo, esperando respuesta del Consejo para tomar algún plan estratégico en alguna ciudad francesa, mientras Felipe II no quería que el duque hiciese nada sin antes consultarlo con él. Era la primera guerra del nuevo monarca y quería ser clave en el desenlace y convertirse en otro "rey-soldado".

Se parte de la idea de que Felipe II fue el artífice de las grandes decisiones estratégicas de la elección de San Quintín. 

Saboya desde un primer momento a finales de junio tiene claro que el objetivo tiene que ser la plaza de San Quintín por sus condiciones idóneas para un asedio. El 21 de julio el duque de Saboya envía la siguiente carta a Felipe II:

"Así hemos determinado de partir el viernes pidiendo adiós tomando mi camino según la resolución de vuestra majestad [...] mucho convendría que vuestra majestad determinase la empresa que quiere hacer para que conforme a ello se encaminase todo, y más si ha de ser San Quintín yo lo podría ya cercarlo en la parte del río haciendo el mismo camino que hago y vuestra majestad con la otra gente podría venir por esta otra parte y así podría ser que con poca gente dentro que tiene y estando en Cambresi (Cambray) algunos días tendría tiempo para poder meter cuanta gente dentro quisiera.

Y si vuestra majestad quisiese hacer esto sería menester que yo me anduviese detenido hasta que vuestra majestad tuviese la otra gente de manera que un día después de yo llegado vos llegasen y de esta manera podría ser que saliese muy presto con la empresa, porque el detenerse en el chato Cambresi es darles a entender que se quiere darles por aquella parte y más ahora que tienen por muy cierto que les daremos por esta parte habiendo hecho bien vituallas junto a Metz, [...] y estando ellos allí y la otra gente alrededor diréis primero llegaré yo a San Quintín y la persona que para esto vuestra majestad se determinase y me mande lo que fuere servido que eso hare al pie de la letra".


Asedio de San Quintín

El consejo había meditado que el orden para conquistar, que eran las que aportaban un mayor impacto, sería primer Rocroy o Peronne, y después San Quintín.

Es entonces cuando el duque de Saboya toma cartas en el asunto y el 24 de julio, viendo lo que se avecina que no sería nada bueno, escribe una carta dando una verdadera lección en el dominio del arte de la guerra que demostraba un gran conocimiento geográfico de la zona ocupada:

"No lo he querido comunicar más que con otro que con Mos de Glajón para que la cosa vaya más secreta, y así nos parece por ser breve que no haciéndose la empresa de Rocroy y me dijeres que no tiene vuestra majestad otra empresa digna de su persona sino San Quintín o Perona donde más daño puede hacer a su enemigo, que la una es grande y flaca pero se puede hacer fuerte poniendo mucha gente dentro y tiene a Chatelet que daría el gran estorbo a las vituallas, la otra es pequeña y más fuerte pero tiene gran comodidad para todo el campo que estuviera sobre ella.

Teniendo a la persona tan cerca del campo del rey de Francia, si quiere presentar la batalla a vuestra majestad tanta comodidad tiene en la una como en la otra y así vuestra majestad podrá escoger cuál de las dos querrá combatir que no puede hacer mala elección y este es nuestro parecer y conforme a lo que escribí ayer no me parece que he de partir a Chato Chambresi sino que se pida la resolución de vuestra majestad que siga mi camino a ponerme sobre el lugar que vuestra majestad hubiera escogido".


Manuel Filiberto de Saboya (Duque de Saboya)

Ciertamente, las tres poblaciones candidatas al asedio estaban en boca de todos los del consejo en Bruselas, incluido Saboya, que tenía la última palabra porque era el que verdaderamente cómo conducir una operación militar, estando allí además, encima del lugar. 

Estas cartas reflejan cómo el duque de Saboya convenció a todo el consejo de Bruselas y a Felipe II para la elección de San Quintín para cercarla en agosto de 1557.


Fuente: Felipe II y el éxito de San Quintín. José A. Rebullida.

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