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jueves, 10 de marzo de 2016

¿Había cobardes en los temidos Tercios Españoles?

En nuestros Tercios la reputación y el honor eran dos valores y dos obligaciones que había que cumplir. El honor, por un lado, era un sentimiento difícil de definir, pues es nuestra conciencia del deber. El honor despertaba un carácter de milicia militar de la nación, la defensa de la fe, la convicción de servir una causa justa y la lealtad al rey. La reputación, por otro lado, venía alimentada por el conocimiento de las hazañas que habían realizado los compatriotas en el pasado, y que seguían realizando en la vida cotidiana.
 
Estos valores, a veces, escaseaban en algunos soldados que de una forma u otra no cumplían con el deber de defender al Imperio y sus compañeros en el campo de batalla.
 
Bernardino de Mendoza nos cuenta una anécdota que da idea de hasta que punto era impensable la admisión de la cobardía en los Tercios Españoles en la siguiente cita: "en los cuales salieron seis españoles a correr, y cargándoles cien villanos, uno de ellos dejó a los demás, huyendo a una aldea, donde encontró a Don Francisco Valdés, que le preguntó, viéndolo alborotado, lo que era; el soldado le confesó haber dejado a sus compañeros, a quien envió al momento Don Francisco Valdés socorro, y mandó prender al soldado, que el día siguiente pasaron por las picas las banderas, por castigo de la flaqueza que había hecho desamparando sus compañeros y ejemplo de los demás. Cosa que no he querido dejar de escribir, para que entiendan por ella los que no han guerreado con la nació española con el rigor que castiga a los que dan muestra de cobardía."
 
La cobardía se castigaba casi en todas las ocasiones con la muerte. Hubo un caso de un capitán que estando en la cárcel esperaba sentencia por haber huido en combate y abandonado a su maestre de campo, y que murió envenenado por su hermano para evitarle la infamante ejecución. Muchas veces, se consideraba cobardía el no "vencer o morir" en un campo de batalla. Algunos capitanes españoles fueron presos, ya que no entendían muchas órdenes porque creían que esa acción los llevaría a la muerte de una forma rápida.

Fuente:

Tercios de España: La infantería legendario. Fernando Martínez Laínez y José María Sánchez de Toca.

Tercios de Flandes: Juan Gímenez Martín.
 
 
 
 

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