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sábado, 12 de marzo de 2016

El Cardenal Infante Don Fernando

Don Fernando fue el tercer hijo de Felipe II y Margarita de Austria y nació en mayo de 1609 en San Lorenzo del Escorial. No podemos destacar que fuese un gran soldado pero si  un gran general que llevó a los Tercios a la gloria muchas veces. Desde pequeño iba destinado a la milicia pero la necesidad de apartar al duque de Lerma, el Papa lo nombró Cardenal y Arzobispo de Toledo a los diez años.



Don Fernando nunca llegó a ejercer de obispo, ni pisó la diócesis, ni llegó a proclamarse sacerdote ni obispo. Aunque, su nombramiento lo rodeó de un aura sagrada, su popularidad fue enorme y los católicos lo veían como el caudillo de la esperanza.
 
 
En abril de 1633 fue a Lombardía, donde pasó revista a los cuatro mil tercios y no fue hasta julio de 1634 cuando emprendieron la marcha hacia Flandes. Los suecos esperaban a los españoles en Nordlingen para cerrarles el paso, pero nuestros tercios vencieron con grandeza siendo la primera batalla ganada con el infante Don Fernando al mando y una de las mayores victorias de las armas españolas. Durante aquella batalla, el cardenal infante dio la medida de sus capacidades y estuvo a la altura de su vocación de soldado. Recorrió incansablemente la primera línea sin cuidarse de tiros ni cañonazos, como su tatarabuelo Fernando el Católico en la reconquista de Granada.
 
 
 
Solo un mes le bastó para liberar el sur de Alemania, antes de entrar en Flandes. En 1635, Fernando de Austria conquistó Diest, Goch, Gennep, Limburgo y Schenk.  Fernando gobernó los Países Bajos españoles mientras expulsaba a los invasores de las regiones alemanas contiguas. Se convirtió en uno de los mejores generales de su tiempo.
 
En 1636 el Cardenal-Infante retiró los poderes a los últimos sacerdotes protestantes de los Países Bajos Españoles y continuó la expansión militar de los Austrias españoles con la captura de Hirson, Le Catelet y La Capelle en el norte de Francia, donde llegó a amenazar París al tomar Corbie, a treinta kilómetros de la capital francesa. No pudo continuar esta ofensiva, pero sí aseguró Luxemburgo mediante contingentes croatas.



El 10 de octubre de 1637 la ciudad de Breda, tras diez meses de asedio, fue tomada de nuevo por el príncipe de Orange, Federico Enrique de Nassau, tras permanecer bajo control español durante doce años. Pese a los numerosos intentos del Cardenal-Infante fue imposible volver a adueñarse de esta fortificación estratégica. Fernando de Austria también perdió, frente a los franceses, Chapelles, Landrey y Damvilliers. No pudo conquistar Maubeuge, y este proceso supuso pérdidas territoriales frente a Francia. Fernando sí fue capaz de tomar Amberes, Chastillon y Geldern, pero en cambio perdió Arras en 1640.

Más peligrosos que los adversarios en el campo de batalla fueron los enemigos que tuvo Fernando de Austria en la Corte Española. Éstos hicieron circular numerosos rumores infundados con los que se trataba de socavar la reputación del Cardenal-Infante. En uno de ellos se le acusaba de querer convertirse en un gobernante independiente de los Países Bajos Españoles con ayuda del Rey de Francia. En otro, se afirmaba que en la Corte de Francia se pensaba en un matrimonio entre el Cardenal-Infante y la hija del Duque de Orleans.
 
Fernando de Austria cayó enfermo durante una batalla y falleció en Bruselas el 9 de noviembre de 1641. Se cree que su muerte fue provocada por el agotamiento unido a su enfermedad. Los informes hablan de una úlcera de estómago, pero hubo rumores que apuntaban a un posible envenenamiento como causa de su muerte.
 
 
Fuentes:
 
 
Tercios de España: La infantería legendario. Fernando Martínez Laínez y José María Sánchez de Toca.

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